Capitulo 24
Fmalmente, Ramón se fue.
Después de que Patricia completă el trámite de alta en el hospital, no pasó mucho tiempo antes de que Ramón recibiera el pago de los gastos médicos que
ella le había enviado.
Al principio, no quería aceptarlo, pero la siguiente frase de Patricia lo dejó sin palabras para rechazarlo,
Ramón, después de todo, tu situación familiar tampoco es fácil. No te hagas el fuerte. Yo puedo cubrir completamente los gastos médicos. No quiero que, por mi culpa, tengas que trabajar más horas extras
Ramón bajó la cabeza avergonzado, quizás porque los sueños que había tenido últimamente se volvían más frecuentes, y su comportamiento comenzaba a parecerse cada vez más al de la persona en esos surītos.
Pero esa persona en sus sueños era el heredero del Grupo Fernández, un joven e de su familia. U nuevo talento en el mundo de los negocios,
capaz de comenzar de nuevo por su propia cuenta, incluso si se distanciaba
Mientras tanto, Ramón solo era uns estudiante pobre que no tenía nada, ni siquiera se habla graduado aún.
De regreso en su habitación, se dejó car sobre la cana, abatido, sin entender por qué, si todo parecia ir bien, en tan solo una noche todo había cambiado,
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Furra de la habitación, los ruidos comenzaron a aumentar. Ramón echo un vistazo al reloj y se dio cuenta de que ya era la hora en que terminaban las
Desde la ventana, podia ver a los estudiantes pasando en pequeños grupos, conversando mientras caminaban, y hasta el pasillo rebosaba de la energía juvenil, un contraste total con el silencio muerto de su habitación
De repente, la puerta se abrió, dejando entrar luz que iluminó la habitación oscura, pero olvidó iluminar
Unos compañeros de cuarto entraron, algunos charlaban sobre sus estudios, otros discutian de otras cosas
Por un momento, nadie notó que Ramón ya habla regresado.
Conforme avanzaba el tiempo y la luz de la lampara se encendia con un ele, uno de los compañeros dijo, algo molesto–Ramón es el más serio de todos nosotros, ¿por qué no vino hoy a clase y sigue sin regresar?
Otro compatiero, al escuchar esto, se rió:
—¿Y tú qué sabes? Ese chico no ha dejado de tejer bufandas Citimamente. El otro dia terminó una y ahora debe estar en una cita, ¿no?
-¿Cita? ¿Con el miembro del comité estudiantil?
SL
Las discusiones seguin llegando, pero el centro de todas ellas, Ramón, solo funció el cho y se dio vuelta en la cama, cerrando los ojos como si aún estuviera dormido
Fue ese movimiento el que finalmente hizo que lo viran
Varios se asustaron y se quedaron en silencio, hasta que se dieron cuenta de que Ramón solo estaba dormido. Después de una mirada extraña entre ellos, alguien quiso decir algo, pero al final solo sacudió la cabeza y se quedó callado.
Ramón no oyó sus palabras. Estaba de nuevo en el sueño, esta vez sonando con ellos.
La diferencia era que ahora vela claramente sus rostros.
Se sorprendió al darse cuenta de que aquellos dos eran él y Patricia
Desde la perspectiva de un espectador, Ramde vio cómo la historia avanzaba hacia el trágico final que ya estaba predestinado. Quiso detenerlo, quiso adwetiral liombre del suo
Y no sabría decir si fue por lo intenso de su pensamiento, pero de repente, se vio a sí mismo tomando control del cuerpo de Ramón Fernández, actuando como si fuera él, respondiendo a la llamada de Patricia en su desesperación.
Desprendió a la mujer llamada Lucia, y con todo lo que tenia, trató de reparar lo que habia sucedido, esperando finalmente que Patricia le abriera su
corazin
Pero cuando llegó el séptimo día, vio a Patricia morir frente a él,
Lalina se le escapó,
En ese último momento, ella yarla en sus brazos, acariciandole la mejilla–Ramón, nunca me arrepentide haberte querido.
– Pero Banán Pérez, ahora ya no te quiero.
I sueño se desplomó de repente, y su visión se desvaneció en la oscuridad, Ban camino atentas, buscando una salida,
En su confusión, se dio cuenta de que sus recuerdos comenzaba a desvanecerse
¿Dónde estaba? No lo sabla
¿Por qué estaba alli? Tampoco lo sabia.
¿Quién era él realmente?
Una expresión de desconcierto se reflejó en su rostro, y una gran cara, feroz y aterradora, apareció frente a él.
Instintivamente, pregunto: -¿Quién eres? ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí?
La cara le respondió.
No necesitas saber eso. Solo tienes que saber que rompiste el trato conmigo, asi que he venido a tomar el resto de tu tiempo.
Ramón murió
Sus compañeros de cuarto, al entrar a la habitación al día siguiente para despertarlo para las clases, descubrieron que ya no respiraba.
La noticia pronto llegó a oídos de Patricia, y cuando la escuchó, se quedó en shock por un largo rato.
Finalmente, sonrió suavemente.
Ramón, ¿por qué lo hiciste?
En realidad, nunca necesité que volvieras. 4