Capitulo 15
Señor Morthus, también quiero hacer un trato.
Tras un largo silencio, Ramón finalmente habló. Al hacerlo, dejó a Senior Mortius desconcertado: -¿Un trato? ¿Qué tipo de trato quieres hacer?
Los ojos de Senor Mortius brillaron con interés, como si el traro que tamén proponia fuera algo intrigante.
Al ver que Señor Mortis no lo rechazaba de inmediato, Ramón sintió una chispa de esperanza. Entendió que tal vez no era algo completamente imposible y entonces expresó su idea con total claridad.
-Quiero intercambiar todo mi tiempo futuro por una última vida con ella.
Este fue el único plan que Ramón pudo idear después de ver el trato entre Patricia y Señor Mortius.
Pero no bien terminó de hablar, Schor Mortis soltó una carcajada.
Ella tuvo que intercambiar siete días contigo para quedar atrapada sin alma y no poder regresar jamás, ¿y tú crees que todo tu tiempo futuro podrá devolverle una vida?
Señor Mortius sacudió la cabeza, burlandose de su arrogancia e ignorancia.
El precio de cambiar el destino era demasiado alto; no podia simplemente cambiarlo a su antojo. Y además, lo que él quería recuperar era la vida de una persona cuya alma ya habia partido.
Las palabras de Señor Mortius golpearon a Ramón con tal fuerza que se sintió avergonzado, pero no pasó mucho tiempo antes de que recuperar compostura
Si no bastaba con lo que ofrecía, entonces añadiría más.
-Lo que sea que pueda dar, lo daré. ¡No necesito nada más!
la
Dijo esas palabras con tanta sinceridad que Señor Martius lo miró con una nueva consideración, pero aún así, negó con la cabeza–Incluso con eso, solo podria ofrecerle una vida más, pero no puedo garantizar nada sobre la relación que tendrán.
Al escuchar esto, Ramón quedo en silencio.
Un sentimiento de impotencia lo invadio. ¿Sería cierto que,
todo lo que tenia, no podría recuperar lo que tuvieron?
Serio amargamente. Señor Mortius, cansado de seguir con esta discusión, lo interrumpió.
-¿Vas a aceptar o no?
Creyendo que Ramón vacilaria, Senor Mortius estaba a punto de dar la orden para que lo llevaran, cuando Ramón, con determinación, levantó la cabeza y la miró fijamente. -Loharé.
Era su culpa, y ahora era el momento de saldar su deuda con Patricia.
Aunque desde ahora ya no tuvieran más relación, ¿qué importaba? Mientras supiera que ella seguia viva en este mundo, eso bastaba.
Setor Mortius, aún en su posición elevada, habló con un tono gélido y desprovisto de emociones.
—¿Estás seguro?
Ramón asintió, sin dudar en lo más minimo, y respondió con firmeza -Estoy seguro
-Entonces, como lo deseas
Al momento de tu renacimiento, olvidarás todo lo que fuiste, todo lo que pensaste, Nada de lo que quieras será forzado.
Tres esas palabras, un viento gelido y sombrio sopló, y una sensación de frio helado recorrió la espalda de Ramón. En el siguiente instante, perdió por completo el sentido.
No se sabe cuánto tiempo pasó, pero cuando volvió en si, se dio cuenta de que el entorno habia cambiado por completo.
En La penumbra, una débil luz se filtraba a través de las renilijas del ático, iluminado sus ojos de manera algo dolorosa. Instintivamente entrecerró los ojos y extendió la mano para bloquear esa luz.
Cubierto por un raldo y delgado cobertor, lo levantó y, al intentar levantarse, el polvo cayó con fuerza, y el aire cargado de humo lo hizo estornudar varias
Ramón Pérez se puso de pie, sin embargo, al golpear su cabeza contra el techo del ático.
Tuvo que frotarse la cabeza dolorida. Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que la altura del pequeño tico apenas le permitía estar de pie.
Bajo por una escalera de maderay, al ver la casa en ruinas, trunció el coño.
No sabia por qué, pero senita que su hogar no della ser asÏ,
Sin embargo, tras pensarlo un momento, se dio cuenta de que, si no era asi, ¿cómo debería ser entonces?
Pensó durante mucho tiempo y finalmente concluyó que quizás habia dormido demasiado tiempo y, al haber soñado con algo, esa sensación extraña habia quedado con l