Capítulo 30 ¡Es hora de ajustar cuentas!
Hansen y Mark estaban sorprendidos. Incluso Olivia estaba tan enojada que quería ponerse de pie, pero Sarah la agarró rápidamente, instándola a mantener la calma.
Orión
frunció
el ceño, listo para interrumpir a Lucius, pero Seraphina soltó un resoplido desdeñoso y arqueó una ceja. “Bien, estoy de acuerdo”.
Parecía desdeñosa como si no tomara en serio al oponente frente a ella en absoluto.
Lucius se rió entre dientes, divertido por su ignorancia de la situación y el oponente al que se enfrentaba.
En todo Golden Bay, nadie podía vencer a Orión a los dados, incluso con los ojos cerrados. Una vez había hecho su primera fortuna en los casinos de Lacuna, sin mencionar que las personas frente a él no eran nadie.
¡Finalmente, hora de ajustar cuentas!
Orión extendió la mano. “Las damas primero”.
Seraphina no dudó. Agarró los dados, los agitó suavemente sobre la mesa y luego los cubrió con su mano, observando a su oponente con calma. —Tu turno.
—Orión le dirigió a Seraphina una mirada larga y pensativa. Estaba claro que no se tomaba este juego en serio. ¿No le importaba ganar o perder?
Lucius la miró con ansiosa anticipación, convencido de que tenía la ventaja. Para él, Seraphina era solo una novata. Sus movimientos eran todo menos profesionales. ¿Acaso sabía jugar a los dados?
¿Crees que puedes ganar con un par de movimientos falsos?
¡De ninguna manera!
Orión pensó por un momento, luego levantó casualmente la tapa para mostrar cuatro seises. Como era de esperar, había ganado. Miró a Seraphina, su expresión no cambió.
Lucius casi saltó de su asiento de emoción. —¡Sr. Dros, así está mejor! Me preocupaba que fueras suave con ella…
—Hanson aplaudió desde el costado, con una leve sonrisa en su rostro—. Lucius, debes estar bromeando. El Sr. Dros nunca ha sido suave con Seraphina. Pero Sr. Dros, su habilidad es impresionante. Este viaje valió la pena.
—Deja de halagar. ¿ Intentando hacer trampa? Seraphina , veamos lo que tienes. No me digas que no puedes soportar perder…
“Lucius. ¿Acabas de comer algo desagradable? ¡Cuidado con tu boca!” Olivia no pudo contener su arrebato . Terminado Seraphina notó que la tensión aumentaba de nuevo. Se rió suavemente, golpeó la tapa dos veces con sus delgados dedos y luego la tiró casualmente. Antes de que nadie pudiera jadear, agarró su bolso y se puso de pie. “Solo voy a saludar a alguien, luego me voy de aquí. Ustedes continúen jugando”. Todos excepto Olivia y Mark parecían un poco sorprendidos. Hanson y Sarah parecían imperturbables como si ya supieran lo que vendría. Lucius parecía desear poder desaparecer cuando vio los dados de Seraphina. ¡Cinco seises!
¿Cómo apareció un uno más?
¿Y esta mujer solo hizo algunos movimientos casuales sobre la mesa para obtener cinco seises?
Cuando levantó la vista de nuevo, ella ya se había ido.
Olivia golpeó la mesa con satisfacción, sonriendo ampliamente. —Lucius, no olvides desnudarte antes de irte, tal como prometiste. ¡No seas un mal deportista!
—¡Ustedes hicieron trampa! —La cara de Lucius se sonrojó de ira.
…
—¿Hacer trampa? Lucius, tú eres el que insistió en jugar. Las reglas son claras. ¿Acusa a otros de hacer trampa porque pierde? Si no puede soportar perder, no debería jugar. ¿Verdad, Sr. Dros? —Olivia
se burló, su tono goteaba sarcasmo mientras se volvía hacia Orión en busca de apoyo.
Lucius miró a su amigo con ojos suplicantes, pidiendo ayuda en silencio.
Orión miró a Olivia, luego a Hanson y Mark, antes de finalmente descansar su mirada en Lucius. —Una pérdida es una pérdida.
Su rostro permaneció tranquilo e impasible. Aunque había sospechado desde el principio que algo no iba bien con sus dados y los de Seraphina, no se sintió ni un poco molesto por perder. De hecho, se sintió extrañamente aliviado.
