Corazon 22

apítulo 22 Pelea en el bar
Seraphina reaccionó rápidamente. Mientras se preparaba para dar un paso adelante, un invitado cercano le advirtió. “Señorita, no se acerque a él todavía. Es mejor llamar a la policía. Ese hombre es un conocido líder de pandillas”.
El descarado intento del líder de la pandilla de acosarla impulsó a Seraphina a reconocer el consejo del invitado con un asentimiento. “Gracias, pero no hay necesidad de preocuparse.
A pesar de la atmósfera tensa, Seraphina mantuvo la compostura e incluso logró sonreír. “Si voy contigo, ¿la liberarás?”
“Sí, vamos”, respondió el hombre, su sonrisa se ensanchó mientras anticipaba los eventos que se desarrollaban.
Con una sonrisa confiada. Seraphina caminó hacia él, sus pasos deliberados.
Enfrentando al líder de la pandilla directamente, arqueó una ceja y dijo con firmeza: “Déjala ir. Estoy aquí ahora”.
A pesar de su buena apariencia, el líder de la pandilla pensó que era solo una mujer. Además, su presencia era más imponente que la de la mujer que sostenía.
Impulsado por el deseo, extendió la mano para tocar el rostro de Seraphina, pero antes de que sus dedos pudieran rozar su piel, una botella se estrelló en su cabeza, lo que le hizo soltar un grito similar al de un animal herido.
En un instante, Seraphina agarró su muñeca, torciéndola bruscamente y dejándolo sin poder hacer nada. Luego le dio una poderosa patada en el pecho, enviándolo al suelo de dolor, demasiado abrumado para defenderse.
La música del bar se detuvo de repente, sumiendo la habitación en el silencio.
Los espectadores estaban conmocionados por la acción rápida y decisiva de Seraphina. Apenas procesaron la escena antes de que terminara. Aquellos que podrían haber considerado intervenir se quedaron congelados en el lugar en menos de un minuto.
Un hombre conocido por su fuerza bruta yacía derrotado por la elegante pero formidable mujer.
Al no haber usado sus habilidades físicas en tres años, Seraphina no mostraba signos de oxidación. Se relajó y observó con calma al líder de la banda retorciéndose en el suelo, con una expresión gélida y distante. Luego, se acercó a la barra, tomó una copa de vino y se agachó a su lado.
“¿Te encargarás de esto tú mismo o necesitas mi ayuda?”
Los labios de Seraphina se torcieron en una sonrisa burlona, ​​indiferente a la sangre oscura que rezumaba de su cabeza. Bajo las luces de neón, el cuadro era a la vez espeluznante y surrealista.
El hombre se retorcía en el suelo, su cuerpo convulsionando mientras suplicaba misericordia, un escenario al que nunca imaginó que se enfrentaría.
Seraphina ignoró sus súplicas. Agarrándole el cabello con fuerza, inclinó su cabeza hacia atrás. Su voz era tranquila cuando dijo: “Déjame ayudarte”.
Luego vertió la bebida en su garganta con precisión, sin desperdiciar ni una sola gota.
Después de aplaudir para limpiarse las manos, Seraphina se puso de pie. Había manejado la situación con una actitud tranquila, sin mostrar signos de pánico, miedo o satisfacción.
Viernes, 10 de septiembre
Capítulo 22 Pelea de bar
terminada Después de
ayudar a Olivia a ponerse de pie, decidió que era hora de irse. “Vámonos. Hoy ha sido un día decepcionante”.
Seraphina y Olivia ya habían desaparecido por la puerta mientras recuperaban el rumbo.
De vuelta dentro, el líder de la pandilla seguía retorciéndose de dolor en el suelo, agarrándose las heridas y desgarrándose la ropa en una muestra de desesperación, sus movimientos eran desesperados y lastimosos.
Afuera, algunos periodistas sensacionalistas salieron emocionados para hacer llamadas. “Jefe, tenemos a Seraphina grabada en una pelea de bar. Esta historia va a explotar. Si la publicamos en línea, destruirá su reputación”.
Lucius, disfrutando de su comida en el aire, respondió con una sonrisa burlona. “Proceda”. ¿
Seraphina ha mostrado sus verdaderos colores en menos de un día?
Después de haber abandonado a la familia Dros sin una palabra de agradecimiento, de haber traicionado a Hannah y de haber presenciado este espectáculo público, le pareció justo que Seraphina recibiera una dura lección.
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